domingo, 6 de junio de 2010

Descripción de la crisis

Alexander Kosolapov, San Sebastián


SÉ TODOS LOS CUENTOS

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

León Felipe



Los cuentos se han tropezado con la realidad, y ya no podemos despertarnos y volver a dormir con un cuento nuevo. Una vez despiertos, aún hay un espacio para escribir de nuevo el cuento, para que sean (¿seamos?) otros quienes lo escriban. Lástima que ahora hasta las palabras tienen un precio, se venden al peso, a su al de la piedra de Sísifo que es el futuro, la cual marca la diferencia entre los mudos y los cuentistas. Siguen apareciendo princesas y príncipes, y soldaditos y plomo, y los monjes, y los reyes malvados con grandes cuevas de oro, y mendigos y vagabundos y esclavos, y malolientes y malhechores, y gente trabajadora y artistas. Pero todos ellos ya no ven escrito su fin, sino su medio. No hay mayor moraleja que no desempolvar viejos rencores, no malherir (mucho) al rico y aprovecharse del mutismo del pobre, obnuvilado con las marionetas y los circos, que muestran otra realidad en la que es posible estar unos segundo y ya no hay problemas.Reina un gran silencio entre la muchedumbre, que está ensordecida por el ruido de los tejedores de hilo para sus marionetas. Hablan todo el rato, y gritan las voces de los sufrientes de vez en cuando, alguien llora y le arrancan los ojos. Las perdices perdieron el sur y se fueron al norte, y ahora son parte del festín de aquellos que brindan por un mundo diferente.

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