domingo, 4 de abril de 2010

Inicios de la dialéctica entre ciencias y letras

Aquello que iba a escribir mañana, según indiqué en la entrada anterior, indica que el tiempo es relativo y que mañana puede ser hoy:
Estando yo el otro día por la tarde en el conservatorio con mi portátil que, para que se entienda correctamente lo que sigue, tiene 16:9", llegó un chavalito de bachillerato y me dijo: ¿por qué tienes la pantalla tan grande?, a lo que yo respondí: porque leo mucho en la pantalla (Valga la redundancia). Y, por inferencia no justificada, se retiró aproximadamente un metro y con una sonora exclamación, indicó:
¡¡¡¡¿¿¿¿NO SERÁS DE LETRAS, NO???!?!!!!

(Voz en off: monstruo desatado de la señorita con pantalla grande)
Le dije, con una serenidad inaudita: Sí, supongo, ¿por?
Y comenzó a soltarme una verborrea de porqué las letras son una mierda, poniendo especial énfasis como ejemplo de la inutilidad y absurdez (?) de las letras con la Filosofía: Mira tú, tener que aprenderme yo un palique de un tipo muerto hace doscientos años... y dime tú pa' qué, si con dos formulitas ya está todo solucionado.
Aparte de lo que le dije al tipo en su momento, quisiera hacer una disertación sobre lo que podría denominarse


La dialéctica entre las ciencias y las letras

¿Acaso alguien se cree que la diferencia entre ciencias y letras escapa a la construcción social? Nuevamente hemos caído en un engaño feo y sucio de esta cultura capitalista. Y lo peor de todo, es que "los de letras" nos lo hemos creído más que nadie. Las ciencias que, gracias a la técnica y la tecnología, pueden demostrar continuamente su utilidad inmediata (o más o menos inmediata) en este mundo acelerado y que han adquirido un status cual lider carismático. Pienso en la crítica de Husserl al "echarle" el freno a la idealización de la ciencia. El mundo es mucho más complejo, más inhóspito de lo que creemos, el ser humano no es más que un trozo mínimamente significante en un terreno enorme que ni siquiera podría afirmarse que puede llegar a conocerse alguna vez. Lo que quiero decir es que ni las letras pueden estar sin las ciencias, ni las ciencias sin las letras, pero lo que es mucho más, tal relación es necesaria para tratar de aproximar la respuesta a "el mundo de la vida". La explicación científica suele ser, aparte de llevada por intereses político-económicos, acotada al ámbito de conocimiento especializado al que se remita. Lo mismo sucede con las letras que, además, suelen quedarse en una especulación recursiva, que vuelve una vez y otra vez sobre sí misma. Ese preguntarse pesado resulta casi egocéntrico, y es uno de los motivos por los que se aleja más y más de la vida real, siendo criticadas incluso de pretenciosas e irreales.
Las letras quedan relegadas como un viejo producto humano, que sólo estudian unos pocos que terminan en, como señaló una estudiante de bachillerato una vez en referencia al mundo de las Ideas de Platón -y no soy yo-, en una especie de cuarta dimensión, enyonkados y flipando con florecitas y margaritas preñadas. Lo que me sorprende es que no se piense lo mismo de pensar en agujeros negros. ¿Son acaso los agujeros negros empíricos y ajenos a la especulación? Ojalá. Al chaval le dije: si no tienes historia, no tienes memoria ni perspectiva; si no tienes filología, lo tienes lenguaje; si no tienes filosofía, no tienes, simplemente desde la etimología, amor a la sabiduría. Pienso a menudo cuánto amor a la sabiduría, o simplemente a lo que se hace, falta. Estoy harta de ver futuros funcionarios en el mal sentido de la palabra, amargados, cansados, hartos, como lo van a estar el resto de su vida, con veinte años. Ellos, por otro lado, no obedecen más que a las peticiones del más desgarrado capitalismo. Ellos, que han perdido la perspectiva social del valor que tiene la posibilidad de poder estudiar.
La separación entre letras y ciencias no es más que un producto más de la máquina tragaperras que es la educación. Si hay más facultades, y si las que cuestan más son más frecuentadas, más dinero se gana. ¡¡Eso sí que es una gran ecuación!! Es lo mismo que sacar todos los años libros de texto diferentes y cosas por el estilo.
¡Ah! y la nueva separación aún no aceptada: Las artes. Al chaval casi le da un síncope cuando le dije que hice bachillerato artístico. También recuerdo en una comida, con buen pescaíco delante, que mi acompañante dijo, sin ser literal, que el bachillerato de artes era, evidentemente, mucho más fácil que el científico. No puedo decantarme, puesto que no he tenido la posibilidad de hacer bachillerato dos veces, pero ese tipo de argumentos me parece tan justificado como decir que la filosofía es una carrera mucho más fácil que aeronáutica. En unas buenas condiciones, no las existentes -véase una facultad acojonada por falta de alumnos y un plan Bolonia traidor que amenaza con cargarse los títulos no trasladables al ámbito empresarial-yo pondría en seria duda esas afirmaciones tan categoriales ya que, desgraciadamente, nuevamente son un engaño feo y sucio.

Sigo enferma, pero iré ampliandolo un poco. Comenten, comenten, si quieren.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabes, la técnica (que no la ciencia) hace avanzar el mundo moderno (eso dicen) y las letras (que quizá tengan más de ciencia que algunas técnicas) hacen avanzar la humanidad...

Interesante ...

F.

Anónimo dijo...

Todas las ciencias son humanas, pues han sido creadas por nosotros. Pero el chico no está despistado, es testigo viviente de una cosa: las humanidades huelen a cadaverina.
He experimentado mil veces esa sensación: cuando le dices a alguien (que puede considerar tu discurso como "interesante") que eres de letras, se aleja de tí como de la peste. ¿Cómo convencer a alguien de que no hay verdades claras y evidentes?, de que la verdad es, a lo sumo, tan efímera y tangencial, como lo es el sonido que despierta el roce del arco del violín por las cuerdas ¿cómo hacerle comprender que las conquistas humanas padecen el tiempo,esa dulce agonía? ¿cómo sostener que algo puede y no puede ser al mismo tiempo? La fama de rollo, de grandes pantallas, de libros naftalínicos y de conversaciones inacabadas, nos preceden...
Husserl, D. Edmundo, habló de pérdida de sentido de las ciencias; pero fue respetado, pues él mismo era matemático.
¿A dónde vamos hoy con nuestros libros antiguos-aunque estén en tinta electrónica- con el cine en blanco y negro, con la paciencia que requiere la formación,con el rumiar aescondidas las palabras,sin libros de texto cerrado?
En un mundo ciegamente pragmatizado en el que no hay cabida sino para la fómula,el esquema, el signo, el número, que han ocupado el lugar de los viejos dioses olímpicos. ¡Facta, hechos! lo demás es estulticia, metafísica, poesía

Anónimo dijo...

Y claro, al ocupar los viejos puestos de los dioses, se mitifican, se deifican... Es una lástima, pero ya no hay buenas pituitarias para las humanidades.Éstas han sido devoradas por las Horcas Caudinas del mundo de los expertos.

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