Advertencia preliminar:
VEAN LA PELÍCULA EN 2D PORQUE ES ASÍ COMO HA SIDO GRABADA. LAS TRES DIMENSIONES ES UNA ESTRATEGIA MÁS PARA SACARNOS LOS CUARTOS
Esperaba con mucha espectación la nueva película de Tim Burton basada en la obra de Lewis Carroll, Alicia en el país de las Maravillas. Quizá por eso la decepción ha sido mucho más grande. No había visto el tráiler, lo cual probablemente me habría ahorrado partir de una premisa errónea: Confiaba en que Burton hubiese cogido la brillante historia de Carroll, de manera más o menos fiel, a modo de capricho, haciendo de ella puro virtuosismo estético, como ya demostró en películas como Big Fish, que desborda imaginación y buen gusto. Sin embargo, Burton ha tratado de hacer lo que Carroll no hizo: contar qué pasa con Alicia después del país de las maravillas y el espejo. Nos enseña una Alicia adolescente, una moza casadera, que vuelve al país de las Maravillas a acometer la difícil labor de librar a tal lugar de la malvada Reina Roja.
Pese a los magníficos decorados (donde más se ve el estilo burtoniano), atrezzo, una interpretación aceptable de los actores (pese a la también reinterpretación y vacuidad de la mayoría de los personajes) y efectos especiales que rezumaban magia y una ingeniosa reconstrucción del alocado escenario de partida; el film cumple con las peticiones mínimas: entretiene, pero no entusiasma, ni cala, ni ofrece demasiado. Vale la pena porque es muy bonita y está impecablemente bien hecha, pero ya dijo Rodin que es mal arte aquel que pretende ser bonito. La impronta de Disney ha calado de una manera tan imponente que se augura desde los primeros minutos un final feliz y meloso, [SPOILER] que es precedido por unos minutos de tensión en una batalla de un corte épico casposo, más propia de una película barata de verano que, por otra parte, es la justificación de toda la trama de la película. Por otro lado, podría hacerse una lectura política del filme, que parece reírse del espectador al pedir la revolución contra la Reina Roja -¿contra los rojos?- que culmina con una Alicia que abandona el país de las maravillas para negarse al matrimonio y largarse en un barco a ampliar los negocios capitalistas de su padre. [Fin del SPOILER]
¿Dónde queda la dulce Alicia vestida de azul que sueña con una otra realidad posible, el mundo de las maravillas, cuya dimensión roza lo real al contemplar la posibilidad del mal? ¿Dónde está el país en el que lo que prima es el pensamiento, los juegos de lógica, el principio de contradicción con coronación de la posibilidad de lo imposible, donde casi todos están locos porque estar cuerdo es aún una mayor locura? Con mucha concesión, esta creación de Burton es algo inspirado en Alicia en el País de las Maravillas. Pero no es Alicia, ni hay ninguna maravilla. Quiero creer que tiene más que ver con este destrozo la industria Disney que Burton (hay, por ejemplo, una diferencia cualitativa con otra adaptación, Charlie y la fábrica de chocolate -producida por la Warner-), que cada vez atonta y anula sus producciones, obedeciendo fielmente al capitalismo masificador.
Suele decirse que siempre es mejor el libro que la película. Puedo estar de acuerdo. Concedería, no obstante, que hay libros que no sólo podrían reescribirse o reintepretarse, sino que casi sería una suerte si así fuera. Sin embargo, hay otros cuya reescritura implica meterse en un lodazal intransitable: por su historia, su influencia y su importancia. Uno de ellos éste que nos ocupa: Alicia en el país de las maravillas y Burton se ha llenado de barro hasta las cejas
3 comentarios:
( ) "indiviuda": a pesar de que critiques a mi adorado Tim Burton, debo decir que tu texto no sólo esta bien fundamentado, sino bien escrito. Cuando vea la peli, supongo que te daré la razón. No puedo esperar nada bueno de la "factoría Disney". Desde pequeño la palabra "factoría" me sonó sospechosa: a capital, explotación, jefes, disciplina. Luego, cuando Th. W y Max hablaron de ello, confirmé mi sospechas sobre Disney corporation. Siempre odié que é3l ocultará el rollete gay entre algunos enanitos, que dijera que la cursi de Blancanieves fuera más guapa que la princesa, que los negros fuesen concebidos como monos y que ese dibujante amara a A. Hitler. Yo lo desaenchufaría del congelador!
Ihr ergebener
Por culpa de los ordenadores me he convertido en "Lady Gaga"
Para intentar quitar un poco todo ese barro que le ha caído al pobre Burton quiero decir que, pese a las políticas a las que habrá tenido que hacer hueco, su trabajo ha sido ingenioso. Por ejemplo, me parece interesante las reflexiones sobre la identidad a lo largo de la película y, por supuesto, la cantidad de simbología que tenía impresa. El bien y el mal, la dualidad, el elogio a la locura, el símil de la mesa... Ingenioso porque al final, si vemos el guión con lupa, aparecen contenidos que muy pocas películas de Disney tienen, yo sólo he citado lo que he podido acordarme, pero para mí, lo importante no es el contenido sino cómo lo dice. No puedo despedirme sin decir que es cierto que quizás sea una de las películas de Burton que menos me gusta.
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