lunes, 28 de diciembre de 2009

El reloj sigue imparable. Son las 02:42 de la madrugada. Diría que miro al techo, pero la oscuridad es tal que me es imposible adaptar los ojos a estas fauces negras. Eso sí, mi vista se dirige ahí. Hace frío, mis pies no se descongelan, llueve fuera, pienso en que me falla la respiración, en la posibilidad de hipotermia, en una fiebre tan alta que se desocontrole, en un ataque al corazón. No dejo de pensar en los minutos que corren y corren. No quiero pensar que esta sea la última noche que voy a dormir, porque ello implica que sea la última en la que me despierte nuevamente, pero es bastante posible que así sea. Quizá me haya quedado dormido a eso de las 4. Abro los ojos sobresaltado cuando empieza a entrar una brizna de sol por la ventana, corroida por el tiempo, desgastada por las termitas. Tanteo en la mesita buscando el sobre de mis pastillas, que trago sentado en una esquina de la cama, balsa de tantos naufragios. Todos los días es igual. Todos los santos días son igual. En estos malditos escasos mugrientos metros cuadrados.

Pero hoy es diferente. Hoy alguien golpea la puerta y no dice las palabras acordadas. Espero. Silenciosamente, me recuesto sobre el suelo para mirar bajo una de las rendijas de la portezuela. Veo algún gusano revolviéndose en el estiércol al lado de una bota asquerosamente reconocida. Salgo en calzones a la fría helada de Diciembre. Hacía mucho que no tenía tan cerca el espacio exterior. Siento el calor de mi casucha ardiendo. Los árboles están penosamente pelados, deslizados por el viento hacia la izquierda. Aún no ha amanecido, es demasiado temprano, ignoro la hora. Alguien paró el reloj, en esa fría mañana. Cojeo ligeramente, aunque trato de que no sea ostensible. Algo frío me acaricia la sien. Un aliento rancio de tabaco me habla al oído: Feliz día de los inocentes.




PUM

2 comentarios:

ANNE :) dijo...

aaii ese dia de los inocentes... siempre se me olvida! :)

las bromas son lo peor

Anónimo dijo...

Sigue así,Baobad

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