miércoles, 16 de diciembre de 2009

Cansancio


Estoy cansada.
Cuando alguien está cansado, también se suele estar de mal humor, o triste, o especialmente idiota. Ahora, en concreto, estoy triste y sintiéndome especialmente idiota.
Quiero creer que es que estoy muy cansada. Ay, estaba sonando un anuncio con el allegretto de la 7ª sinfonía de Beethoven. No sé por qué (ni de qué) había un tipo hablando encima. Qué falta de respecto y de gusto.
Total, que estoy muy cansada.
¿Por qué estoy triste y sintiéndome especialmente tonta?
Después del megaensayo de orquesta que tuve, mañana y tarde con obras no precisamente fáciles, fui a otra asignatura y parecía una recién iniciada en el violín, ¡¡no di ni una derecha!! Y al presentar mi trabajo, que era un arreglo de una canción, que por cierto nadie conocía, sonó peor de lo que esperaba, y me puse triste, porque tenía ganas de que sonara bien. Algo influyó que.
1. Estaba escrita a mano y nunca se me ha dado escribir notas de manera legible.
2. La tocamos mucho más lenta de lo deseable, y perdía toda su simpatíca.
pero eso no quita que me siga pareciendo casi una burla de la canción original.
Qué asco.
Estoy cansada.
Debe ser eso que hoy que es un día de lluvia sólo me apetece entrar en la cama y esperar a que amanezca y volver a sentirme menos tonta y menos triste.

¡Oh yo, vida! todas estas cuestiones me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
de ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?.
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
yo entrelazado con los demás,
La pregunta ¡Oh, mi yo! la triste pregunta triste que
vuelve: ¿qué hay de bueno en todo esto?
Respuesta:
Que estás aquí, que existe la vida y la identidad,
Que prosige el poderoso drama y que, quizás,
tú contribuyes a él con tu rima.

Walt Withman

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te mando paz y amor. fuerzas fuerzas

La Bohème dijo...

Unos cuantos versos sencillos, hilvanados con bella musicalidad, le bastaron a Paul Verlaine para reflejar esa sintonía que todos hemos experimentado alguna vez, entre los lloriqueos del alma, y las lágrimas del cielo :

Il pleure dans mon coeur
Comme il pleut sur la ville,
Quelle est cette langueur
Qui pénètre mon coeur ?

Ô bruit doux de la pluie
Par terre et sur les toits !
Pour un coeur qui s'ennuie,
Ô le chant de la pluie !

Il pleure sans raison
Dans ce coeur qui s'écoeure.
Quoi ! nulle trahison ?...
Ce deuil est sans raison.

C'est bien la pire peine
De ne savoir pourquoi
Sans amour et sans haine
Mon coeur a tant de peine !

Paul Verlaine.

Ahora bien, al contrario de lo que tú más arriba nos relatas de tus vivencias ( por cierto, a mí me pasa algo similar y me hundo en el acto en el ancho mar grisáceo del Spleen!), Verlaine en su poema no tiene muy claro el motivo de esa languidez que lo asalta al escuchar el canto de la lluvia sobre la gran urbe, ni de aquella tristeza que lo atormenta : es el peor de los tormentos, escribe, el no saber por qué, sin amor y sin odio, mi corazón tanta pena siente.

Me dejaste con la curiosidad de saber cuál era aquella canción "que nadie conocía"... Venga... Estoy segura de que el propio Niño Prodigio que sabes, alguna vez se habrá acostado con el corazón roto de tristeza, de cansancio y de desánimo, porque le fallaron los dedos, o se le complicó la partitura. Lo cual no le impidió quedar en la Historia como el Genio incuestionable que sigue siendo.

Y hablando de niño prodigio, mientras iba buscando una ilustración musical a mi modesto propósito, acabo de encontrar, de casualidad, este corto video un tanto onírico : http://vimeo.com/3847091

Advertencia : mejor esperar a qué se te pase la melancolía antes de visonarla.

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