También me pasa la filosofía, COMO SIEMPRE. ¿Qué pasa? Que escribo y borro, que escribo y borro... porque ya no escribo ingenuamente, sino que pienso y repienso cada (puta) palabra, porque quizá ya no es todo tan simple. Pero precisamente quiero volver a esa dulce ingenuidad. Supongo que saben a lo que me refiero: escribir, escribir sin más. Así, de repente. Retomaré a Tristan Tzara para volver a soltarme, posiblemente.
Ayer en el tranvía había un yonki simpático, que sentado en un vagón en el que sólo estábamos él y yo, sentados diametralmente opuestos, se puso a contar su vida literalmente, recordando su juventud, refiriéndose a un locutor (creo) inexistente, con frases del estilo "usted me entiende, ¿no?" ó "Ya sabe usted como son estas cosas...". Me gustó mucho, porque hablaba e iba comprendiendo cosas de sí mismo, o eso parecía. Y bueno, hoy fui a un concierto de la Banda del Conservatorio Profesional de música de Tenerife y había unas niñas que bailaban y alzaban la voz pese a la música. Normalmente me jode la gente que habla en los conciertos. Pero qué coño. No se lo perdono porque fueran unas niñas monísimas (que en realidad sí influye un poquito), sino porque en realidad ninguno de los allí presentes salvo ellas se atreverían a gritar lo que nos viniese en gana en un concierto. Y tiene mucho mérito. El mundo de los niños no tiene reglas, o no ninguna que sea compartida por los adultos. Cada vez los niños quieren ser adultos más temprano, lo cual es incomprensible para mi persona por más que lo intento. A veces lees noticias aterradoras, de madres de doce años y movidas así.
Posiblemente pronto empiece con las críticas a conciertos. Iba a escribirlo todo en esta entrada, pero creo que ya sería demasiado macedónico.
Les recomiendo que escuchen -más allá de las convicciones religiosas- si quieren el aria del aria de la Pasión según San Mateo del maestro: Erbarme dich, mein Gott. He ahí la letra:
Erbarme dich, mein Gott,
Um meiner Zähren willen;
Schaue hier,
Herz und Auge Weint vor dir
bitterlich.
Erbarme dich!
Um meiner Zähren willen;
Schaue hier,
Herz und Auge Weint vor dir
bitterlich.
Erbarme dich!
¡Buenas noches!
1 comentario:
Un brindis por la eclección de este aria : belleza pura.
Para mí, Bach es la quintaesencia del aliento en libertad (y te lo dice una asmática), dentro del más riguroso de los marcos.
Qué más dan “las convicciones religiosas”, si Bach es una meditación, un “ Om mani padme Hum” universal.
Te confieso algo : entre los 7 y 11 años de edad, allá en mi país, formaba parte de un coro, en su mayoría de adultos, del pueblo adonde ibamos a pasar los fines de semana en familia. Imagina : un coro de pueblo. Aún así, se llegó a montar la Pasíon según San Juan.
¿Qué cantaría, qué entendería yo, con tan corta edad y una vocecita de polluelo, de lo que se estaba cantando y del cómo? Lo que sí recuerdo, muchísimos años más tarde, es la emoción. Recuerdo como si fuera ayer, aquella grandiosa tormenta de perfección que se me abalanzaba encima y en la que me zambullía, perdida yo tan chiquita en medio del coro, y de las divinas y tremendas ocurrencias de Juan Sebastián Bach. La emoción, hasta las lágrimas, sin saber que nombre ponerle.
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