domingo, 25 de marzo de 2012


El Gigante de Ojos Azules, de Nazim Hikmet
Un gigante de ojos azules amaba a una mujer pequeña   cuyo sueño era una casita  pequeña,  como para ella,  que tuviera al frente un jardín  con temblorosas madreselvas.   
El gigante amaba en gigante.   Su mano, a grandes obras hecha,   mal podía construir muros  ni usar el timbre de la puerta   de una casita con jardín  de temblorosas madreselvas. 
El gigante de ojos azules   amaba a esa mujer pequeña   que pronto se cansó, mimosa,  de tan desmesurada empresa   que no concluía en un jardín   con temblorosas madreselvas.   
Adiós, ojos azules, dijo.   Y con gracia voltereta,  del brazo de un enano rico   penetró en la casa pequeña   que tenia al frente un jardín  con temblorosas madreselvas.     
El gigante comprende  que amores  de tanta grandeza   no caben ni siquiera muertos   en esa casa de muñeca   que al frente tienen un jardín   con temblorosas madreselvas

No hay comentarios:

Publicar un comentario