viernes, 1 de octubre de 2010

No soy retrasada

A mí me gustaba más el mundo cuando era Zuhandenheit y no Vorhandenheit, cuando no había deterministas, dualistas, post y pre metafísicos, post y pre modernos, funcionalistas y fisicalistas, malos y buenos hermeneutas, heideggerianos y platónicos, hegelianos marxistas y no marxistas, marxistas y marxianos, escolásticos y feministas, queers, bolonias, ismos por todos lados, academia que huele a rancio hace unos años. Las discusiones son pastosas y apestosas, donde la verborrea impera sobre esos resquicios, esos escasos momentos de luz que, a veces y siempre sin avisar, nos trae esta disciplina nuestra tan rebelde que es la filosofía. Los sofistas llegaron hace unos cuantos siglos, y han hecho de la mentira la verdad. A mí me gustaba más el mundo cuando el saber partía del amor, pero no del amor propio, sino del amor del vientre, del amor por saberlo todo y por comerse el mundo. A mí me gustaba cuando se hacían viajes larguísimos, y muchas veces cargados de peligro, para fotocopiar un libro no del todo permitido. Es un mundo en el que estudiar filosofía no sirve para nada, cuando servir para algo es cumplir el american dream y olvidarse de los libros. A veces gritamos, casi sin aliento, que no queremos servir para nada si servir para algo es eso. Pero nos topamos con el frío muro de la realidad, que nos oprime y nos recuerda cómo están las cosas. Mal y bajando. A veces me pasa esto: nuevamente me invade la nostalgia por un mundo que ya no existe en el que no tengo hueco.

3 comentarios:

Unknown dijo...

la filosofia de dar de vientre

Anónimo dijo...

No puedo sino Suspirar
Noria'S Wook

Anónimo dijo...

Me fastidian estos tiempos. Y hoy, tiene usted mucho que ver, me fastidió el tiempo en general.

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