domingo, 16 de mayo de 2010

El ángel caído, (otra vez ) Chagall
Algo amanece, y no son tu horas. Siempre es demasiado tarde, demasiado tiempo, siempre es demasiado. Los relojes se han disparado, los fuegos artificiales estallan en el más absoluto silencio y Penélope desteje sin parar. La primavera no termina de llegar y los viejitos que miran las obras suspiran extasiados. Los libros están ardiendo. Los árboles siguen tristes junto a los caídos, pocos creen en las sorpresas. Bebes de tu vaso, quedan gotas en tu comisura, desapareces. El sueño me ha abandonado. Los cementerios se llenan de luciérnagas. Crecen manzanillas y se destruyen dientes de león. Un acorde disminuido mueve las olas. Está amaneciendo, y no estamos ahí para verlo. Nos ha invadido el ocaso.



3 comentarios:

Unknown dijo...

pero siempre quedará esperar que aquellos árboles nos devuelvan lso abrazos que un día les dimos

Anónimo dijo...

"(...) Un acorde disminuido mueve las olas (...)" A mí, esta frase, me parece perfecta.

Anónimo dijo...

nunca nombres a Penélope en casa del atado!

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