Es la una de la madrugada. Estoy sudando, pese a el grado bajo cero de fuera. Me siento intranquila, quisiera que saliera el sol de una maldita vez. Siempre me pasa lo mismo. Retraso el momento del sueño para no volver a la pesadilla de siempre. Apenas cierro los ojos y oigo pasos. Trato de buscar una postura cómoda y alguien está a mi lado, personaje que desconozco y que sólo siento yo. Cada una de las sombras que se dibujan entre la butaca, la ropa y el espejo parecen siempre lo que no creo que son. Siempre tratamos de racionalizarlo todo, pero mi irracionalidad me permite estar alerta, por si la razón se equivoca. Mi corazón late más deprisa de lo que me gustaría. A veces paran y ya no se oye nada. Me da miedo moverme de la cama, me da miedo alargar el brazo y tocar una mano desconocida, o desaparecer de pronto. En cuanto comienza el sueño, todo se vuelve fuego, la estufa quema mis cortinas y mis libros, me quedo envuelta en una masa de calor y ardor que es insoportable. Los muebles comienzan a derretirse, como yo. De pronto abro los ojos. Aún no es de día. Vuelve a empezar el mismo suplicio antes de dormir.
lunes, 11 de enero de 2010
Erlkönig (versión excesivamente libre)
Publicado por Prof. Dr. Dr. H. C. Katharina von Müllentsorgung en 8:39
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