lunes, 8 de junio de 2009

Perorata sobre política.

Como muchas otras personas, creo que es necesario empezar a pensar nuevamente en el Estado, en el gobierno, en la política. Es evidente que algo no va bien. La política en nuestro país es pura parafernalia, pataleta tras pataleta desviando el camino siempre para no entrar en asuntos de importancia real. Y aunque sean asuntos superfluos, si es que en el gobierno de un país puede haber asuntos superfluos. La política exterior es más complicada, y aunque sea quizá una generalización indebida, no creo que diste demasiado del patetismo. Pienso en el esfuerzo ilustrado para fundamentar el Estado. Nunca he creído en el anarquismo por su imposibilidad práctica (al menos en estas sociedades) así que daré por supuesto el Estado. El término 'estado', que proviene del latín sto, stare, steti, statum, y que se refieren a lo estable, lo firme. Parecería que el Estado debería ser la columna vertebral de la sociedad, el anclaje de referencia, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Sin embargo, es ahora el momento de la sociedad desvinculada, la sociedad que no se siente representada de forma alguna por sus líderes. No haré aquí una ristra de ejemplos, pues son de sobra sabidos. Pero creo que la culpa, sin embargo, está en ambos lados. Hemos llegado a este punto a causa de la sociedad y del Estado. Dada la fragmentación y la no identificación entre sociedad-Estado, que damos por supuesta, se forma un círculo vicioso, en el que la sociedad ve sus franjas de actuación absolutamente sesgadas (que también se presupone dada la complejidad de actuación individualizada en un Estado cada vez más amplificado) que generan que cada vez el Estado se distancie más de la realidad social y amplíe, por tanto, el sesgo de actuación de la sociedad. Hemos vuelto a los sofistas, y a la potencia de la retórica. Pienso en Platón, tantas veces tildado de aristócrata y derechista. Quizá debería ser recuperada su reivindicación de la eliminación de la retórica, elaborando un discurso en el aflore la verdad. El despliegue del lenguaje hacia el progreso. Hablo en términos del gobierno español ya que es del que tengo referencia directa, como afectada y como ciudadana de este fragmento de tierra. No tiene otro apelativo que vergonzoso e impotente la política que se desarrolla en este país. Ya no me refiero ni al PP, ni al PSOE, ni a los partidos minoritarios. No hablo de ninguno en concreto. Me refiero a lo lastimoso que resulta ver siempre las mismas querellas absurdas que no profundizan de forma alguna en ningún aspecto real, que cada vez resulta más lamentable enfrentarse a un debate televisivo o reportaje de prensa de lxs políticxs. Sí, esto desengañada, y cansada de esta política. Muchos dirán que este pensamiento es retrógrado y antiprogresista, porque no presento alternativas. No presento alternativas con esta dinámica absurda. No mucho más que limitarnos a votar cada cierto tiempo y ver cómo hacen de nuestras condiciones materiales y condiciones de posibilidad de desarrollo de nuestras potencialidades un carnaval de sandeces. Me gustaría poder hablar de políticas transparentes, cercanas, con aplicación real de las florituras de los discursos. De un tiempo a esta parte, sólo se ve una suerte de patio de colegio, que como no hay profe lo más sensato es dedicar a tirarse tizas y a chivarse al dire. A estas alturas estamos. Leo el artículo de Pilar Rahola en La Vanguardia [http://www.lavanguardia.es/lv24h/20090603/53716320582.html], que titula 'Todos son iguales', y señala que esta sencilla frase es la que está dinamitando la política:
"Todos son iguales", por mucho que algunos son menos iguales, pero están letalmente atrapados en la telaraña del descrédito imparable de la política. Y aunque todos no son iguales, ¡qué importa, si lo parecen!
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Puede ser que no todos sean iguales, pero lo cierto es que la actividad política en sí resulta igual, incluso diría cada vez más catastrófica. Veamos si no la crisis 'económica-mediática' en la que nos han metido. Y más metidos hasta el fango y sin ser escuchados por nadie los que ya estaban mal.

Retomo la idea de Antonio Puigverd:

La rareza institucional de Europa sería un problema importante, pero controlable, en tiempos de bonanza. Pero la crisis está inoculando desconfianza y miedo a pasos agigantados. Las votaciones europeas han dado resultados contradictorios, complicados de analizar globalmente, aunque un factor sobresale: la izquierda socialdemócrata está muy enferma. Uno de los principales pivotes del Estado de bienestar, uno de los dos grandes pesos pesados de la política europea, la socialdemocracia, está tambaleándose.


Lo que antes era la alternativa clara, se difumina entre la derecha. La izquierda ha perdido su lugar, crece entre la gente de izquierdas (releer el artículo si no) el desencanto. Este desenanto sugiere más desencanto, y ello se traduce en la abstención mayoritaria de la izquierda, y del triunfo de la derecha en la mayoría de los terrenos europeos.
Nuevamente, del artículo de Pilar Rahola
El debate político ya no es ni un combate de boxeo. Es, directamente, lucha libre sobre barro. Y ocurre lo que ocurre en la lucha libre sobre barro: que todos quedan sucios. Después se lamentarán que si la gente está desencantada, que si la abstención aumenta, que si la desafección de la política...
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¿qué le pasa al país? Que no sólo hay crisis económico-mediática, sino que también hay crisis de ganas, de ánimo, crisis de ideas.
















Una de las cosas que más me ha molestado del PP es que en su logotipo tienen una gaviota. Y ya no es lo mismo cuando ves a una volando en la bahía o cuando canta Silvio.

1 comentario:

AsDePiqas dijo...

Bah, ni caso a la gaviota. Es azul y anoréxica.


A mí lo que más me jode de todo el asunto es lo que mencionas al final. La crisis de ganas, la indiferencia, el y a mi qué. Es una epidemia. Se nota en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Y el que la política esté de ala caída y vaga como nunca en al historia, es sólo una de las caras de esta enfermedad del carajo.

Quieres ver algo que dan ganas de chillar? http://www.elections2009-results.eu/es/turnout_es.html

Va descendiendo, descendiendo, al llegar a 0% podemos hablar de una dictadura voluntaria, sublime aberración idiota: lo que nos espera.

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